Cuando menos, es más
El conocimiento sobre la biología tumoral ha revelado que el cáncer de próstata puede variar significativamente en su agresividad. La mayoría (80-90%) crecen lentamente, se los clasifica como de bajo a medio riesgo de progresión, y pueden no causar síntomas significativos durante muchos años.
Actualmente, se detecta una proporción mayor de cáncer de próstata de bajo a medio riesgo de progresión, que pueden no causar síntomas significativos durante muchos años. La gran mayoría de estos varones no están interesados en el impacto negativo sobre su calidad de vida que provocan los tratamientos convencionales a pesar de asegurar su control oncológico. Pero a la vez quieren tener su cáncer controlado y no bajo vigilancia activa, debido a la ansiedad que su presencia produce y las múltiples biopsias que se requieren.
La terapia focal es un tratamiento innovador que se utiliza para curar el cáncer de próstata localizado. Este enfoque utiliza energía de alta intensidad (láser) dirigida a un área específica de la próstata, permitiendo eliminar las células cancerosas con un impacto mínimo en el tejido circundante.
Esta posibilidad de predecir la posible evolución del cáncer de próstata, da la capacidad de ofrecer un tratamiento más o menos agresivo acorde a nuestra previsión, para minimizar los problemas derivados de los tratamientos.
Hasta hace unos años una vez diagnosticado un cáncer de próstata localizado el tratamiento radical sigue siendo el “gold standard”. Sin embargo, los tratamientos radicales de la glándula completa (cirugía y radioterapia por cualquier técnica) pueden dar lugar a efectos colaterales dañando más que el propio cáncer de próstata. A pesar de las mejoras en la cirugía (laparoscópica o robótica) y la radioterapia (intensidad modulada) durante los últimos años, los efectos colaterales siguen siendo desagradables, dejando al hombre vulnerable en su masculinidad: incontinencia, disfunción sexual, cambios genitales (acortamiento) y el estigma social.
Vivir con las secuelas del tratamiento radical podría ser potencialmente peor que vivir con la enfermedad, que quizás nunca progrese, o lo haga tan lentamente que no impacte en la vida del varón.
La terapia focal en cáncer de próstata representa un cambio de perspectiva que puede suministrar el término medio entre infra tratamiento y sobre tratamiento ofreciendo la ablación del cáncer y la preservación del tejido no tumoral y las estructuras vitales circundantes para disminuir los efectos secundarios mejorando así el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué provocó el cambio?
Nuevas Fronteras en el diagnóstico del Cáncer de Próstata
La evolución en los métodos de detección del cáncer de próstata ha abierto nuevos horizontes que están transformando la manera en que abordamos esta enfermedad. La mejora en los métodos de detección, como la utilización de resonancia magnética multiparamétrica y biopsias transperineales guiadas por fusión de imágenes, han permitido una identificación más precisa de la enfermedad minimizando los efectos secundarios asociados.
Con la integración de estas tecnologías de vanguardia, estamos avanzando hacia un enfoque más personalizado y eficaz en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata.
¿Por Qué cada vez más hombres buscan la terapia focal?
La inmensa mayoría de los varones no están interesados en los resultados funcionales y de calidad de vida asociados tradicionalmente con el tratamiento radical (incontinencia, disfunción sexual, cambios genitales), pero a la vez quieren tener su cáncer controlado y no bajo vigilancia.
Por lo tanto, un tratamiento focal que destruya el área maligna con un pequeño margen de tejido normal alrededor puede ser una solución para estos pacientes. Una potencial estrategia para solucionar el problema del sobre tratamiento, permitiendo tratar el cáncer de manera precisa, preservando el tejido sano y reduciendo los efectos secundarios.
Un tratamiento focal que destruya el foco cancerígeno con un pequeño margen de tejido normal alrededor representa un cambio de perspectiva que puede ofrecer el equilibrio deseado entre control de la enfermedad y secuelas terapéuticas.
Estos programas iniciados de manera multidisciplinaria en IMU tienen como objetivo no solo contribuir a una mayor precisión diagnóstica, sino también a reducir significativamente las complicaciones asociadas a los procedimientos invasivos, proporcionando un mejor pronóstico y calidad de vida para los pacientes diagnosticados con cáncer de próstata.
Selección de pacientes: ¿Quién es el candidato ideal?
La selección del paciente y la localización de la enfermedad son esenciales. Estas indicaciones permiten seleccionar a los pacientes de manera adecuada para la terapia focal, maximizando los beneficios y minimizando los riesgos de recidiva o progresión.
Indicaciones actuales:
- Edad del Paciente: Generalmente indicada para pacientes con una expectativa de vida de más de 10 años. Pacientes más jóvenes tienen más interés en preservar la calidad de vida (función urinaria y sexual).
- Nivel de PSA: ≤ 10 ng/mL es la recomendación habitual. Un PSA mayor podría indicar una mayor extensión de la enfermedad, lo que haría que la terapia focal no sea adecuada.
- Puntaje de Gleason: 6 (3+3) cáncer de bajo riesgo y 7 (3+4) de riesgo intermedio favorable, siempre que se confirme que el tumor es focal y no extenso.
- Tamaño Tumoral (Volumen del Tumor): Tumor limitado y pequeño (≤ 1 cc) son los más adecuados para la terapia focal.
- Localización y Extensión del Tumor: Tumores unifocales o multifocales unilaterales y localizados dentro de la próstata.
- Pacientes Motivados para Evitar Tratamientos Radicales: Pacientes que valoran la preservación de la calidad de vida (particularmente la función sexual y urinaria) y que están bien informados sobre los beneficios y limitaciones de la terapia focal.
- Resultados de Imágenes y Biopsias: Revisión de resonancia magnética multiparamétrica y biopsia guiada por imagen.
¿Qué pasa si falla la terapia focal?
Uno de los principales desafíos es el control postoperatorio. Los pacientes deben ser controlados por cáncer residual en el área tratada, y para el cáncer nuevo en el área no tratada. Mientras la resonancia magnética de próstata juega un papel importante en el diagnóstico de recurrencias en el campo y en la identificación de nuevas lesiones sospechosas; las biopsias de próstata todavía se consideran un estándar de atención para confirmar el fracaso en esas situaciones de sospecha.
En caso que se considere recurrencia de la enfermedad hay varias opciones disponibles. Desde una nueva terapia focal hasta los tratamientos de radicales de primera línea (cirugía, radioterapia). Existe un consenso general de que a los pacientes con cáncer recurrente de bajo riesgo se les puede ofrecer vigilancia activa o repetición de terapia focal, mientras que se recomienda el tratamiento definitivo con cirugía, y/o radiación para la enfermedad de riesgo intermedio y alto.
Importancia del tema.
En la actualidad, debido al uso extendido del PSA (Antígeno Prostático Específico) en la detección del cáncer y a la mayor realización de procedimientos quirúrgicos mini invasivos de próstata, se está detectando una mayor proporción de casos de cáncer de próstata de bajo y medio riesgo. Esto ha llevado a una creciente preocupación por 2 conceptos clave: el sobrediagnóstico y el sobretratamiento.
El sobrediagnóstico se refiere a la detección de cánceres que nunca habrían causado síntomas o puesto en riesgo la vida del paciente si no se hubieran encontrado mediante pruebas como el PSA o durante procedimientos quirúrgicos. En otras palabras, se diagnostican cánceres que, si no hubieran sido detectados, no habrían afectado la salud del paciente durante su vida.
El sobretratamiento ocurre cuando a los pacientes con cánceres de bajo riesgo (que probablemente nunca causarían problemas) se les ofrece tratamiento innecesario, como cirugía o radioterapia. Esto se hace a pesar de que el tratamiento puede no mejorar su pronóstico y, de hecho, puede exponerlos a efectos secundarios graves, como incontinencia urinaria, disfunción eréctil, o problemas intestinales.
El miedo al cáncer y la percepción de que cualquier tipo de cáncer debe ser tratado agresivamente puede llevar tanto a los pacientes como a los médicos a optar por tratamientos innecesarios. En casos de cáncer de próstata de bajo y medio riesgo, muchos hombres pueden vivir el resto de sus vidas sin que el cáncer progrese o cause síntomas graves. Sin embargo, al optar por tratamientos radicales deben saber efectos adversos que podrían afectar negativamente su calidad de vida.