Mucho se habla del catéter doble j en urología. Este dispositivo médico se utiliza comúnmente en el campo de la urología para tratar diversas afecciones, como la obstrucción del tracto urinario o la dilatación ureteral. Se coloca de necesidad protegiendo la función renal pero es importante señalar que el catéter doble J en sí mismo no es un motivo de temor. En cambio, las preocupaciones y los temores pueden surgir debido a las posibles molestias asociadas con su uso.
Un catéter doble jota (CDJ) es un tubo flexible de pequeño calibre multiperforado e incurvado (doble J) en ambos extremos. Recibe su nombre por la forma que tiene de enrollamiento de sus extremos.
Se coloca por vías naturales (uretra y vejiga) de manera endoscópica extendiéndose por todo el uréter desde el riñón a la vejiga. Su función es de derivación de la orina. La persona no lleva ningún dispositivo externo.
Su función es facilitar el flujo de orina desde el riñón hasta la vejiga. Se coloca principalmente luego de una cirugía urinaria para facilitar drenaje y recuperación interna del uréter.
Los casos más comunes son: en pacientes con obstrucción de la vía urinaria por piedras u otras causas, en pacientes a los que se les han realizado procedimientos de reconstrucción de la vía urinaria superior o pacientes con trasplantes renales.
Los CDJ tienen una vida media en torno a 6 meses. El tiempo de permanencia, será determinado por su urólogo, según la patología de base que haya obligado a su inserción. Dejarlo más tiempo puede generar calcificaciones y facilitar la aparición de cálculos dentro o fuera del catéter así como infecciones o dolor.
Para evitar molestias con el catéter doble j, es recomendable que el paciente no realice ejercicio físico intenso.
Aunque existen pacientes que pueden realizarlo sin problemas, a algunos puede provocarles dolor, sangrado en la orina, ardor y urgencia miccional, deseo continuo de orinar y otras molestias que en la mayoría de los casos son ligeras y tolerables, pero en otros casos no.
Por desgracia, uno de los problemas que más estamos observando con la saturación de los servicios de salud es que las citas se han demorado, por lo que la gente puede portar el catéter mucho más tiempo del debido.
La persona que porta un catéter doble jota, debe ser consciente de que este tiene un tiempo limitado de permanencia en nuestro cuerpo, por eso es muy importante consultar y hablar con un especialista sobre ello.
Cuando un catéter doble jota no es supervisado o retirado a tiempo, la complicación más severa que puede surgir es la conocida como calcificación.
La extracción de un catéter doble J se realiza a través de un procedimiento ambulatorio y rápido con una herramienta llamada cistoscopio.
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